Mediante el empleo de los tiempos verbales el hablante también se posiciona frente a su discurso.
Existen dos actitudes de locución: relato y comentario.
Los tiempos del relato combinados con la tercera persona son formas del discurso objetivo y despersonalizado, en el que no se compromete la persona del locutor. Se utiliza en los textos históricos, científicos y crónicas periodísticas, para hacer aparecer el discurso como verdadero.
El uso de los tiempos del comentario tiene el sentido de expresar la opinión del locutor y es posible combinarlos con todas las personas. Se utiliza en géneros en los que se postula un alocutario. Combinado con primera persona del plural, es habitual en los editoriales y notas de opinión; con segunda, en los discursos persuasivos como la publicidad y la propaganda política.
Para el análisis de la actitud de locución, solo se consideran tiempos del modo indicativo.
Los tiempos del relato combinados con la tercera persona son formas del discurso objetivo y despersonalizado, en el que no se compromete la persona del locutor. Se utiliza en los textos históricos, científicos y crónicas periodísticas, para hacer aparecer el discurso como verdadero.
El uso de los tiempos del comentario tiene el sentido de expresar la opinión del locutor y es posible combinarlos con todas las personas. Se utiliza en géneros en los que se postula un alocutario. Combinado con primera persona del plural, es habitual en los editoriales y notas de opinión; con segunda, en los discursos persuasivos como la publicidad y la propaganda política.
Para el análisis de la actitud de locución, solo se consideran tiempos del modo indicativo.
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